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– Perfección de la Concentración

♠ La Perfección de la Concentración ♠

        ♠ La Perfección de la Concentración ♠

        La concentración es importante tanto en la práctica del Dharma como en la vida diaria. La palabra tibetana para la práctica de la concentración es shi-ne, morar en la paz o no estar atareado.

        Mientras no observemos la mente en detalle tenderemos a pensar que ella está tranquila. Sin embargo, cuando de verdad miramos en su interior, nos damos cuenta que no lo está. La mente no permanece en un sólo objeto ni siquiera por un segundo. Se agita como una bandera batida por el viento; no acaba de fijarse la mente sobre un objeto cuando ya es arrastrada por otro.

        La conciencia primaria per se es pura e inmaculada, pero entorno suyo hay 51 elementos mentales secundarios, positivos, negativos y neutros. Estos elementos secundarios negativos son más fuertes que los positivos, y superarlos requerirá un tremendo esfuerzo. Ahora bien, no es posible experimentar el shi-ne si estos no han sido dominados por completo.

        El sitio donde uno practica debe ser limpio, silencioso, cerrado a la naturaleza y placentero a la mente..

        La práctica de la concentración requiere sentarse en la postura apropiada la cual tiene siete puntos:

        ♥ 1 . Las piernas cruzadas y los pies apoyados sobre los muslos con las plantas dirigidas hacia arriba. Si esta postura es muy dolorosa la persona se distraerá de su concentración, en cuyo caso deberá sentarse con la pierna izquierda doblada debajo del muslo derecho y el pie derecho descansando sobre el muslo izquierdo

        ♥ 2 . El tronco estará tan derecho y recto como sea posible

        ♥ 3 . Los brazos forman una especie de arco sin que los codos se recuesten sobre los lados o sobre el cuerpo, ni que tampoco estén exageradamente separados. La mano derecha descansa en la palma izquierda, con los dedos pulgares tocándose suavemente formando un óvalo

        ♥ 4 . El cuello está derecho pero ligeramente curvado con el mentón dirigido hacia dentro

        ♥ 5 . Los ojos están dirigidos hacia abajo con el mismo ángulo que forma la línea de la nariz

        ♥ 6 . La boca y los labios están relajados sin que estén abiertos ni cerrados apretadamente

        ♥ 7 . La lengua suavemente apoyada contra el paladar

Estos son los 7 puntos para la correcta postura meditativa, cada uno de los cuales simboliza una etapa diferente del sendero. Además, existe un fin práctico en cada uno de los 7:

        ♥ 1 . Tener los pies cruzados mantiene el cuerpo en una posición de aseguramiento. Uno eventualmente podría sentarse en meditación por un período largo de tiempo, incluso por semanas o por meses en una sola sentada. Con las piernas así aseguradas uno no se caerá.

        ♥ 2 . Mantener el tronco derecho, permite el máximo funcionamiento de los canales que portan las energías vitales a lo largo de todo el cuerpo. La mente viaja sobre estas corriente de energía, luego mantener los canales en buen funcionamiento es muy importante para una meditación exitosa.

        ♥ 3 . La posición de los brazos también contribuye al flujo de las corrientes de energía.

        ♥ 4 . La postura del cuerpo mantiene abiertos los canales de energía que van a la cabeza y evita que se generen calambres.

        ♥ 5 . Si los ojos están dirigidos en un ángulo muy alto la mente fácilmente se agita; pero si el ángulo es muy bajo la mente rápidamente se siente adormilada.

        ♥ 6 . La boca y los labios se sostienen así para estabilizar la respiración. Si la boca está cerrada muy fuertemente la respiración se obstruye siempre que la nariza se congestiona. Si la boca se mantiene muy abierta, la respiración se vuelve muy fuerte aumentando el elemento fuego y elevando la presión sanguínea.

        ♥ 7 . Mantener la lengua contra el paladar evita un exceso de salivación y hace que la garganta no se seque. Además de esto los insectos no podrín meterse ni en la boca ni en la garganta.

        Estos son sólo las razones más obvias para adoptar la postura meditacional de los 7 puntos. Al sentarse en la postura vajra se produce un buen marco de referencia para la mente, esto no es suficiente. El principal trabajo, aquel que es hecho por la mente, ni siquiera ha comenzado.

        La concentración tiene dos enemigos, la agitación mental o atareamiento y el entumecimiento mental o letargo.

        la agitación surge del deseo; un objeto atractivo aparece en la mente y ésta deja de atender al objeto de meditación siguiendo al otro.

        El letargo surge de una apatía sutil que se desarrolla en la mente.

        Con el fin de obtener una firme concentración estos dos obstáculos tienen que ser eliminados.

        En los estados iniciales de la práctica de la concentración, la agitación mental es mayor obstáculo que el letargo. La mente continuamente vuela alejándose del objeto de concentración. Esto puede verse al tratar de mantenerse fija en el recuerdo de un rostro. La imagen del rostro es rápidamente reemplazada por alguna otra cosa.

        Detener este proceso es dif’cil, ya que tenemos el hábito de sucumbir en él durante un largo período de tiempo y no estamos acostumbrados a concentrarnos. No obstante, puesto que la concentración es fundamental para la meditación así como para toda actividad mental, uno debe hacer el esfuerzo.

        La agitación es superada principalmente por la fuerza de la atención y el letargo por la aplicación atenta.

        En estas etapas tempranas tenemos que aplicar la fuerza de la atención más que la fuerza de la aplicación atenta puesto que la agitación tiene que ser eliminada, antes de poderse eliminar el letargo. 

        En cada etapa sucesiva en el desarrollo del shi-ne, menos energía se necesitará para mantener la concentración y será menor el  esfuerzo. .

        La mayoría de las personas toman como su objeto de concentración para desarrollar el shi-ne, la imagen mental de la forma de un Buda…, pero  primero, uno debe familiarizarse ampliamente con el objeto sobre el cual va a enfocarse. Esto se hace sentándose enfrente a la estatua o al dibujo escogido y observándolo durante unas pocas sesiones. Luego se ensaya sentándose en meditación y manteniendo en la mente la imagen de la forma sin la ayuda de la estatua o el dibujo.

        Al comienzo la visualización que se haga de éste no va a ser muy clara, ni tampoco podrá uno mantenerla, por más de unos pocos segundos. Sin embargo, hay que tratar de mantener la imagen en forma clara y por el mayor tiempo que sea posible. Así persistiendo, pronto podrán mantener la imagen por 1 minuto, luego por 2 minutos y así sucesivamente. Cada vez que la mente abandone el objeto aplica la atención y traela  de nuevo. Mientras tanto, manten una aplicación atenta continua para ver si surgen perturbaciones que no habías notado

        En la práctica del shi-ne, una parte de la mente tiene que aplicar la atención para mantener una concentración firme y otra parte tiene que utilizar la aplicación atenta para hacer guardia en contra de las perturbaciones. Cuando la agitación mental haya disminuido un poco, la atención no tendrá que ser aplicada tan a menudo. No obstante, la mente se fatiga al haber estado peleando por tanto tiempo contra la agitación y como consecuencia el letargo hace su aparición.

        Gradualmente la mente se volverá más clara y fresca y la duración de cada sesión de meditación aumentará correspondientemente.

        Ahora el meditador puede mirar profundamente en la naturaleza de su objeto de meditación mientras que mantiene todos los detalles del objeto en su mente.

        Aquí, mirar en la naturaleza de su objeto de meditación, significa que él lo examina para ver si es o no puro, si es o no permanente… Esta es la meditación conocida como vipasyana, o intuición profunda. A través de ésta, la mente obtiene una percepción más profunda del objeto, que la obtenida con la sola concentración.